Un fantasma acecha a la protagonista del nuevo spot de IKEA

La publicidad de IKEA está habitualmente impregnada de positivismo. Pero como el hogar,

el que es al fin y al cabo la materia prima de esta conocida marca sueca de muebles, es

una entidad que poco o nada tiene de monolítica, de vez en cuando se abren paso en los

anuncios de IKEA temas extraordinariamente peliagudos. Y "Ghost", un spot estrenado

recientemente por la multinacional escandinava en la República Checa es uno de esos

anuncios.

En "Ghost" el hogar, como bien ha quedado patente en el confinamiento solapado al

coronavirus, es a veces lo opuesto al paraíso (y poco o nada tiene de refugio).

La protagonista del anuncio es acechada dentro y fuera de casa por una siniestra

presencia fantasmal que ejerce sobre la víctima un fuerte control psicológico. Incluso en el

exterior y a salvo de las opresoras cuatro paredes de su morada, el particular patio de

recreo del fantasma del spot de IKEA, la protagonista se siente acogotada por el miedo.

Finalmente, el espectador es consciente de que la mujer que protagoniza el anuncio no

está viviendo en sus propias carnes (como parece a bote pronto) una suerte de

"Poltergeist". Y, quien la pone al límite y la hace temblar como una hoja no es ningún

fantasma sino su propio esposo.

"La violencia doméstica es real aun cuando no sea siempre visible. El 47% de las mujeres

checas ha experimentado algún tipo de abuso psicológico en casa", concluye el spot.

"IKEA: Toda casa debería ser un lugar seguro" es la frase que pone colofón al anuncio.